martes

The End.

Y con el fin del viaje, llega el momento de acabar este nano-blog de primeras impresiones, de flashes, de pinceladas sobre una de las ultimas anomalías político-económicos-culturales y sociológicas del siglo XX. No sé como será la Cuba de dentro de 5 años, y de dentro de 25, pero seguro que será muy distinta a la actual. Espero volver a verla y a empaparme de sus intensas sensaciones. Hasta entonces, con menos prejuicios y más opiniones propias, y un poquito de ideales revolucionarios revisados y actualizados en algún lugar de mi corazón…


Fin del Blog

Epilogo.

Vuelvo fascinado. Con la sensación de haber desvelado un misterio, de haber descubierto que tras la verdad oficial bíblica del Génesis sobre la creación del mundo en 7 días en realidad hay 4.500 millones de años de evolución, darwinismo y supervivencia del mejor dotado.

Vamos, confirmo una vez más que no hay que procesar sin fitro previo toda la propaganda, más o menos intoxicada, pero siempre distorsionada, la cuenten según versión de la COPE o según los de Izquierda Unida, o, lo que es peor, la de uno de esos fantoches lascivos que van a echar polvos en plan todo a 100, y que los más fariseos llaman turismo sexual.

Hay mucha Habana más allá de los shows de plumas del Tropicana y el Cabaret Parisién. De los paladares como la Guarida –que pusiera de moda Perugorria en la película de culto “fresas y chocolate”, y que tiene atornillada a la pared la silla en la que un día se sentó a cenar su majestad la Reina Sofia- o el Hurón azul, de los mojitos de la Floridita o el gato tuerto. No hace falta atrincherarse en Marina Hemingway, ni huir del Melia Cohiba para dejarse seducir por el encanto de los recuperados Hoteles de la Habana vieja -100% encantadores (ver foto a la izda.) - para conocer “la Cuba que no ven los turistas”. Basta con abrir los ojos, los oidos y el corazón a lo que los cubanos te quieren contar, aunque solo sea "para resolver" una bucanero bien fria con aire acondicionado. Pero sobre todo, y lo más importante de todo con diferencia….. dejarse TODOS los prejuicios, y las muchas ideas preconcebidas –y ninguna inocente- en casa. Solo así podremos empaparnos de una experiencia, que tiene mucha más esencia que apariencia.

Coctelera final: Yakolevs, jineteras e historias incompletas.

BONUS Track: Cuando ya llega el momento de regresar, y la partida parecía cantada, las agendas se han complicado, lo encuentros de trabajo multiplicado, los escenarios cambiado y las posiciones se han tensado …. Negotiation is always a highly fluid situation… exije flexibilidad, adaptación, mimetismo, iniciativa, capacidad de reacción, manejar los timings, comunicación multinivel, mensajes no verbales, .... un punto Sun-Tzu y otro Karma -eterno retorno, porque al final cosecahs lo que siembras. Y por eso me gusta.

Me embarco en la panza de un Yakolev –aeronave de infames connotaciones y tragicas memorias- y mientras intento acomodarme –un eufemismo imposible en este engendro de ingenieria presovietica-; Llevo más de 600 vuelos en mi vida, 5000 horas de vuelo, algunos memorables por su falta de confort, que acaban de ser desplazados por este. Otra muesca en mi colt de historias para los nietos: Terremotos, tiburones, volcanes, naufragios, huracanes, explosivos, cocodrilos, y ahora…un yakolev. Rumbo a Oriente. A Santiago de Cuba. Donde desembarcó el Granma –otro eufemismo, el propio Che Guevara lo calificó de naufragio -Ver foto a la izquierda -, a los pies de Sierra Madre, donde los barbudos revolucionarios se enrocaron para gestar su revolución.
Llegar a Santiago además me toca otra cifra. En mi arbol genealógico familiar, una rama particular estableció una línea regular de goletas con Cuba. Su puerto de origen era A pobra do Caramiñal en la Ria de Arosa; El de destino, Santiago de Cuba. Años de viajes diseminaron el adn familiar por estas costas. No voy a tener tiempo de rastrear apellidos, pero me invade una curiosa sensación de proximidad, de vuelta a casa, de que cualquiera con el que me cruzo puede ser un primo lejano...Recuerdo aquella historia de "El libro negro" de Giovanni Papini sobre las cábalas de un donante de semen, padre de más de 100 hijos a los que nunca conocería, mientras taciturno, solitario e introvertido deambula por la ciudad.

Tengo 24 horas adicionales para digerir otras muchas impresiones antes de volver al Yakolev rumbo a la Habana.
El Oriente. Santiago. Sierra Maestra. 6 horas en coche rumbo a Moa. El niquel. Campamento Tania La guerrillera. Deep Cuba. Esto no es varadero; ningún turista se pierde jamás por estos lares. La Cuba auténtica, la genuina, la de verdad. Más sonrisas. Precariedad. A falta de transporte público la gente se organiza en camiones volquetes, viajando de pie en la caja. Centros comunales con una televisión que retransmite discursos interminables del Comandante. Frase inspiradoras de Marti -o atribuidas a Martí- en murales alegóricos.

Campos y campos de caña de Azucar. Monocultivo. Todos los huevos en la misma cesta: Riesgo de mercado. Riesgo metereológico. Rusia y sus satélies dejan de comprar azuca a precios políticos de trueque por ingenieria. El sistema se desmorona.

Ha caido la noche. Otra vez la noche de la Iguana. Otra vez bajo el volcán. En la Terraza del Hotel Las Américas: Musica en vivo, sones cubanos y algunas parejas que se forman entre locales y extranjer@s... Veo más Dinios y Asdrubals jineteando -en modo de busqueda de plan- que Yasmines y Yamileis….. , aunque obviamente la chica negrita adolescente que acompañaba al sexagenario valenciano (septagenario?) ,no era más que su sobrina. Hay para tod@s. Dos europeas, se entregan al reggaeton con fruición -y fricción-, con sendos fibrosos efebos locales; Al poco desaparecen, de la mano de sus rumbosos compañeros, discretamente entre las sombras. A 10.000 kilómetros de casa, se transgrede mejor. O al menos más impunemente, sin represiones externas. No hay peor Tabú que el qué dirán, ni mejor terapia que soltarse la melena... donde nadie te conoce.
No obstante lo anterior, no percibo la permisividad de un "paraiso del turismo sexual". Si cabe cierto umbral de tolerancia. Ni de lejos es la la barra-libre & open-market institucionalizada de Bangkok o Brasil.
No voy a ser tan ingenuo ni necio de negar el hecho que hay turismo sexual en la isla. Las parejas recien formadas envuelven cierta maniobra más o menos sofisticada para burlar a los policias que velan porque el tráfico no sea demasiado explícito, al menos sin su consentimiento –que sospecho puede arreglarse, ya sabemos que hay que resolver- ; Donde sí que esta mucho más complicado es el acceso a los hoteles… y cuanto más estrellas, más dificultades: Asi que los apaños se han de arreglar en casas particulares, que alquilan un colchón por horas (o minutos si hay mucha rotación);
Y según me cuentan..., y me alegra oirlo, y prefiero creerlo, y como me lo cuentan lo cuento, tolerancia cer0 con los menores.

No puedo despedir este nanoblog sin otros dos tópicos que se me han caido en esta recta final del viaje. Una tiene que ver con el tópico del párrafo anterior: La dignidad de la mujer cubana. Ni todo el monte es orégano, ni nadia debería dar por sentado que así es. Sin moralinas relajadas, ni libertarismos de dominio económico. Un pueblo que vive la vida, con musica, con sabor, con ritmo, que siente el trópico, la danza y el ritmo con una intensidad que en la lejana península ibérica no es posible concebir, y confundimos con desenfreno uterino y lubricidad amoral.

Y otra: la Profesionalidad, el Fairplay, y la seriedad – y un magnifico sentido del humor- que ha presidido en todo momento las negociaciones incluso en sus fases más tensas. He encontrado interlocutores más cualificados, mejor preparados, e incluso más honestos que lo que habitualmente me encuentro en otros paises. ¿será que no están corrompidos por el imperialisno capitalista?. ¿será?.

Una tormenta demencial. Aguacero tropical, truenos ensordecedores y relámpagos cegadores. Parece la revolución de los elementos. Todo con la revolución, nada con la revolución.

Como para encomendarse a Changó, -Dios del trueno y la virilidad- a Yemayá, -diosa del mar y la feminidad-, a Babalú, Ochún, y a todos los orishas del panteon Yoruba que llegó al Oriente cubano en los barcos negreros y arraigó en los campos de caña y sigue vivo en una muestra de sincretismo religioso-cultural a prueba de ateismos marxistas más o menos revolucionarios
….. pero eso, sería otra historia.
O mejor...otras historias.

domingo

Retorno al futuro, pasando por la selva

Pero hay mucha más Habana que la Habana vieja. Siguiendo el malecón hacia el Oeste, dejando el mar a la derecha…. El horizonte solo está a unas 12 millas, justo el límite de las aguas jurisdiccionales según el derecho internacional y las conferencia de Montego Bay teniendo en cuenta –que por cierto no se si Cuba ha suscrito y ratificado-,… y superada la desembocadura de las aguas turbias del rio Almenares, uno llega a Miramar. Evocador. Amplísimas avenidas, muy bien cuidadas, el césped, los parterres, los setos pulcramente recortados (lo que en un clima tropical es realmente digno de elogio, dada la velocidad y exhuberancia con la que proliferan las hierbas, esquejes y rizomas), y señoriales mansiones, o más precisamente, lo que un día, hace algo más de medio siglo, fueron señoriales mansiones.

Los mejores habanos, los rones más exquisitos, y las mujeres más hermosas se combinaban con los autos más lujosos, y las partidas de poker más enloquecidas. Todo lo que la enrarecida moral y la austeridad de la posguerra censuraba en los Estados Unidos, estaba permitido, fomentado, promovido y disfrutado en esta isla. A ritmo de mambo, conga y maracas, con aromas especiados a vainilla y canela. Noches de la iguana. Volcanes de pasiones. Todo tenía su precio en La Habana, y una comisión para una estructura de poder corrupta y corrompida hasta el tuétano. Con un punto de vicio y desenfreno que cristalizó en una revolución de idealistas asqueados de los manejos de la Mafia y Batista.


Pero eso fue hace más de medio siglo. No intento legitimar, ni justificar nada. Tan solo entenderlo. Aunque si la relación causa-efecto nos lleva hasta esto…. Ya no entiendo nada. Vuelvo al presente. Aquí y ahora. También en Miramar, la que tuvo, retuvo. Hoy ya no son señoriales oligarcas potentados los que ocupan unos inmuebles, más o menos necesitados de un lifting, una(s) manita(s) de pintura y algún parcheo. ¿no lo ha tenido cualquier vieja gloria de los 40´s o 50´s? En carne y hueso, en estuco, yeso, u hormigón, el inexorable paso del tiempo siempre requiere de cierto mantenimiento… preventivo o correctivo.

Me recuerda a Miami. Los años que viví en Miami siempre pensé en lo bien que se habían adaptado los cubanos –emigrados-exiliados-escapados y/o expulsados al sueño americano, y al sabor hispánico del Sur de la Florida. Plasticidad fenotípica-. Adaptación al medio darwiniana para la supervivencia de la especie. Pues no. Como el influjo recíproco inverso es sencillamente inviable e imposible , la influencia solo ha podido ser en un solo sentido, ya que en los últimos 50 años Cuba no ha importado estética, ética, prosodia, liturgia, ni nada que venga de los USA, entonces los paralelismos solo pueden ser fruto de la exportación. Miami, o mejor dicho aquellos barrios de Miami , más allá de la proverbial pequeña Habana de la Calle 8, como Coral Gables, y Hialeah fuero construidos –concebidos y diseñados- por los cubanos en un arrebato de nostalgia , como imagen viva de lo que dejaban 90 millas más al sur.
Las diferencias, para nada sutiles, están no tanto en lo que hay como en lo que no hay. No hay casi tráfico, ni por supuesto deportivos, ni S.U.V´s , ni descapotables con jóvenes oyendo la música a todo volumen. El parque móvil, es lo más parecido a un Parque jurasico vivo. Al ver esos Cadillacs y Fords de los 50´s, con sus poderosos rugidos es como si volvieran a la vida estegosaurios de líneas imposibles, aletas, y espolones solo atribuibles aun error evolutivo. Consumos insostenibles para 8 y 12 cilindros insaciables, que conviven con espartanos Ladas de restrictiva factura postsovietica .

Un poco más allá de Miramar, hacia el interior descubro La Habana verde, La Habana salvaje, La habana de vegetación lujuriante –fusión de Lujuriosa y exuberante-. El Bosque de la Habana. Enredaderas, trepadoras, epifitas, lianas, bejucos, una sensación de jardín del edén que ya ha sido expoliada en cualquier lugar del mundo en que un mínimo brote de economía de mercado haya tolerado el trueque de un trocito de paraíso a cambio de un dólar. Una vez más repaso mentalmente mi colección de fotos de junglas atrapadas en mi retina. Quizás en la jungla boliviana de Flor de Oro, en las fuentes del Amazonas – el madre de Deus-, o en las laderas empinadas del cráter del Belle vue en Moorea, o en la costa norte de Lombok ….No es por comparar. Me basta con enriquecer mi paleta personal de verdes virginales de máxima saturación.
Me refrescarán el espíritu…cuando el calentamiento global me seque el alma.
Hasta luego.

jueves

habana vieja. decadencia, resurreción, y olor a cadaver... para resolver


Hemos entrado y salido varias veces de la Habana vieja, (una de las sedes en las que se celebran las reuniones que me han traido hasta aqui), y otras muchas la hemos rodeado en el coche, camino del centro, del puerto, o de la fortaleza San Carlos que defiende la bahia.
La Habana vieja, crónica fantasma de una historia de esplendor, grandeza, decadencia –en el pasado-, ruina –en el presente-, y resurrección. Y no quiero ser grandilocuente en la utilización del término ni los epítetos, porque tiene casi tintes milagrosos la recuperación que está teniendo lugar. Bajo la tutela del historiador oficial Eusebio Leal ha comenzado –lleva ya 10 años- un proceso de recuperación de edificios y plazas. El deterioro es enorme, y asi es el presupuesto necesario para rehabilitación, de un proyecto basado en la autogestión: Los recursos que generan los espacios recuperados –hoteles, tiendas, restaurantes- son el único flujo económico que soporta la continuidad de los trabajos y la ampliación a las zonas contiguas. Piano, piano, pero de forma evidente. Primero la plaza de armas, la catedral, los capitales generales, San Francisco…y contagiando –positivamente- las calles contiguas, los edificios colindantes, -aunque , como en toda innovación, haya que vencer resistencias al cambio. (que no siempre ese consiguen)

En las –pocas- manzanas recuperadas cierro los ojos e intento evocar las “Crónicas de la Habana Elegante” que en su dia escribiera en cronista, periodista y escritor matancero (de Matanzas) Federico Villoch. No es difícil. Recuerdo aquel juego infantil “de la Habana ha venido un barco cargado de…..” De lo que sea. Fue Rica. Muy rica. Aquí se reunian los galeones, se formaban las flotas que de forma gregaria pretendian eludir o disuadir el acoso de fragatas corsarias, jabeques flibusteros, y balandros piratas, antes de emprender el tornaviaje anual a la Metrópoli, la corte de Castilla, con destino en la Casa de contratas de as Indias en Sevilla. Cuantos tesoros no se escamotearian, o simplemente se distraerían en su estiba de buques que en cualquier caso estaban destinados a no llegar jamás a su destino. La que tuvo, retuvo, y las huellas de esa grandeza son patentes en las estructuras castigadas por huracanes y el devastador clima tropical.

De mi abstracción me saca un “ñóooo, gallego pareses…” “mi hermano, ¿ ya probaste el bollo de una mulata? Tiene 64 movimientos, y ninguno repetido. Te ponen la polla como una olla” “¿así lo decis los gallegos en Madrid ¿no?” Sé un sitio donde están las mulatas más lindas y calientes de la Habana… a los gallegos les vuelve locos”. Tantísima información (mezclada con opinión y propaganda) solo para romper el hielo. Vaya derroche de energías. Así escrito suena soez, procaz y ordinario. No fue como sonó en realidad aquella oferta en su boca. No es que rezumara sutileza y dulzura, pero si cierta gracia –lo que en nada desvirtua la naturaleza explicita de su mensaje-. “Bueno, y si no queréis coger, seguro que ya pasasteis una buena noche… ¿me invitáis a una cerveza?”. Normalmente no tengo problema ni reparo alguno en ignorar este tipo de caraduras y buscavidas… pero hacia ya un rato que nos merecíamos una cerveza bien fría a la sombra –o mejor al aire acondicionado-.

Un mojito en la floridita, junto al bronce de Ernest Hemingway, tamaño natural acodado en la barra en la que durante años se castigo el higado como sólo los grandes hedonistas epicúreos lo han hecho jamás. Y otro en la Bodeguita de en Medio… donde ya no tengo claro si acaba el mito, empieza la leyenda o es un montaje de marketing –bastante creible- . Una cubana vestida de Habanera del s.XIX, me estampa un beso – a cambio de unos pesos- mientras mi cicerone lo inmortaliza en una foto …. “hueles a cadáver como esa foto te la vea tu mujer.” ; No podré quitarme las marcas de carmin en todo el día.


Casi en cada esquina hay buscavidas que –con gran simpatía, y nada acosadores- buscan unos pesos a cambio de unas fotos, con la abuela fumando un habano, el abuelo desdentado que toca la guitarra, la negra Maria que lia puros en su portal…A eso, a sacarse unos pesos extra en Cuba se llama “resolver”; Selfexplanatory. Resolviendo, resolviendo… lo dejo por hoy.

sábado

Rodeada de agua por toda partes.

Cuba es una Isla.
Obvio. Rodeada de agua por todas partes. Lo que no deja ser un símil muy gráfico para recordar que la isla está aislada. 40 años de embargo económico por los todopoderosas EEUU son muchos años. –pero me propuse no hablar de política en este blog, y hasta ahora he sido fiel a este voto-. Los Cubanos son consciente de la escasez que esto genera, escasez que, además de desabastecimientos en muchos productos básicos –incluidos alimentos, medicamentos y otras necesidades básicas- genera ineficiencias de mercado, y cuando la oferta disminuye ante una demanda relativamente inelástica, las fuerzas de mercado –incluso en un mercado intervenido y controlado, acaban por tensionar los precios. En otras palabras, que se paga un sobre precio por estar aislado –física y económicamente-. El coste económico del embargo es de cientos de miles deUS$...diarios.
Pero el tema de la Isla … venía a cuento del agua. En cualquier dirección en la que se mire uno encuentra la inmensidad del horizonte marino; El Mar Caribe hacia el sur y el oeste y el atlántico hacia el norte y el este. Y más allá del horizonte, concretamente a 90 millas al norte, los Estados Unidos de América. El sueño americano. El país del consumismo. El todo poderoso dólar . El derroche energético. Los carros modernos. Y muchos seres queridos, familiares y amigos. La diáspora de cubanos “exiliados” en Miami y el sur de la florida totaliza varios millones, que guardan entrañables recuerdos, y que ya van por la tercera generación.
Esa poderosa combinación de tentaciones –familia, dinero, libertad, - ha sido, y sigue siendo, un potente imán para aquellos más desesperados que se aventuran a cruzar las 90 míticas millas. Porque hace falta estar muy desesperado para aventurarse a cruzar esas 90 , muchas veces fatales millas. Eso se lo que pensaba cada vez que iba a visitar el Hogar del Balsero en Key West (cayo Hueso) , cuando vivía en Miami hace 15 años.

Después con el criterio de muchas singladuras, y la perspectiva de un Patrón de Yate titulado, -o los pricipios aventureros de www.riesgobajocontrol.com- sigo admirándome y conmoviéndome ante las hazañas que suponen esas travesías –no siempre exitosas-; Tormentas tropicales, patrulleras cubanas primero y guardacostas americanos después, mar de fondo, la corriente del golfo y los voraces tiburones que infestan esas aguas. –la infra desarrollada infraestructura pesquera Cubana permite la supervivencia de una riqueza de fauna ya poco frecuente en casi cualquier otro océano del globo.-
Y si hablo de tiburones –dientusos- , barracudas, -picudas- , marlins, vuelvo a recordar a Hemingway –ya no como metáfora de quien ha sido mi anfitrión esta inolvidable semana- sino del escritor epicureo, hedonista, aventurero, padre de dos hijas guapísimas y que nos dejo entre otros títulos imperdibles, la épica batalla narrada “el viejo y el mar.”
Y una no menos epica pintura de Hommer: La corriente del golfo.
Hasta mañana.

Prejuicios revisados. Del color del cristal con que se mira.

Un día muy intenso. Primera ronda de reuniones –para fijar posiciones- con varias caras de la hidra –Pero me he propuesto que este blog no trate de política, ni management, ni estrategia de negociación: hay otros foros para eso-.

Recorremos la ciudad de arriba abajo, mientras nuestro cicerone -El mismo Hemingway del post anterior- va desgranando comentarios, explicaciones, anecdotas…la Plaza de la Revolución, las efigies y frases de Martí por doquier – a veces realistas, a veces alegóricas , como esa en la que sostiene a Eliancito “el niño balsero”, mientras con el dedo acusador señala a la Oficina de Intereses Americanos (al embajada de los USA no oficial, ya que no tienen relaciones diplomáticas) -foto a la izquierda- , la no menos omnipresente figura del Ché Guevara, y la permanente referencia al Granma (el barco que en su día llevó a los revolucionarios liderados por Fidel Castro desde México a desembarcar en Santiago…para iniciar ese capítulo de la historia, que dura hasta hoy.)
Voy captando impresiones, sensaciones, flashes, de la Habana cotidiana, y con esos mimbres –cuidadosamente hilvanados con los comentarios, y contextos que voy acumulando de mis interlocutores- y la experiencia de casi dos décadas en discriminando entre esencia y apariencia en cuatro continentes, voy tejiendo mi realidad cubana. Al fin y al cabo creo que la realidad la construye cada uno con sus percepciones. El color del cristal con que se mira. El mito platónico de la caverna.
Y este baño de realidad, acaba con un montón de tópicos desmontados. Las ideas preconcebidas –los prejuicios- que llevaba incorporados ( ¿fruto de una sobre-exposición a determinados medios o doctrinas?), se me van cayendo uno a uno.
Los primeros que me chocan y pongo en solfa.

¿Estado Policial o paramilitar?. Esperaba ver más uniformes en las calles, y no los veo. Tantas alusiones al control opresor del régimen, a la falta de libertades, la imagen de su presidente siempre de uniforme –de ropa de campaña-... ¿Dónde están los uniformes? ; Recuerdo mis viajes a Guatemala a principios de los 90 , puestos de ametralladora en las esquinas de las avenidas, tropas de asalto con fusiles de combate controlando cada edificio publico…O la Paz, Bolivia, con una policía uniformada en un verde para-militar nada tranquilizador. No quiero pecar de ingenuo. Se que no hacen falta kalashnikovs, para controlar a la población, y que una tupida red de “controladores” vecinales de incógnito resulta más eficaz para informar a una policía secreta… pero, en fin, menos uniformes de los que esperaba. Y más relajo. –lo que no es incompatible con que nadie se siente cómodo hablando del Comandante o del sistema, al que nunca se nombra, o si se hace es bajando la voz y mirando de reojo sobre el hombro- . No veo al Gran Hermano. ¿está? ¿existe realmente? ¿Cuál es la diferencia si no existe y todos creen que si?

El “relajo” me lleva a las sonrisas. Es proverbial la alegría del pueblo cubano. Su amor a la juerga, a la música, el baile, el son, su propensión al chiste, al ingenio rápido, al piropo… Ya lo había constatado los años que viví en Miami, pero entonces no podía discernir si ese cachondeo natural era el efecto del sueño americano. Veo que no. En todo el viaje, desde la Habana a Santiago, o en los muchos pueblos cruzados en el viaje a Moa, veo sonrisas, amplias, francas, unas deslumbrantes en niños, otras desdentadas en sus abuelos, unas pícaras otras ingenuas, pero todas genuinas y sinceras. Un pueblo desgraciado no sonrie así. Federico Jiménez Lozanitos me preguntaría por la sonrisa de los disidentes presos, o por la de los balseros angustiados que saltan desde el malecón sobre 4 neumáticos de camión atados una noche sin luna… Esas no las he visto, pero las otras si. Estaba intentando recordar donde he visto antes tantas sonrisas…¿Tahiti? ¿Costa Rica? ¿Bali? ¿Tailandia? ¿Hawai?... son algunos de los nombres que rescato de mi catalogo global de smiling people.

Y la gente que se ríe o que sonríe, o es idiota o está satisfecha. Y en términos de satisfacción, empecemos por abajo, por la base de la pirámide de Maslow: las necesidades básicas. Empezando por la alimentación. Iba preparado a encontrar hambruna, miseria, necesidad, mendicidad…Se me ha partido el corazón muchas veces viendo niños mendigando en latinoamérica o en el sudeste asiático, en los que podías percibir que se habían saltado una o dos o tres comidas. Veo cuerpos bien alimentados –en ellos y en ellas-; Incluso deflactando la influencia de una genética mejorada por el cruce de razas, y la ubérrima generosidad de la naturaleza –sol + lluvia + clima tropical = Frutas y verduras, + océano = pesca), y considerando la falta de leche, carne de vacuno…. No aprecio desnutrición. Y por bien alimentados, incluyo las excepciones de ambos extremos: las anemias y los excesos –a todas luces insalubres- a los que estamos acostumbrados en nuestras sociedades actualmente.

Y el tema de salud y excesos…subo un peldaño en la pirámide de Maslow para llegar al nivel –todavía higiénico- de salubridad, sanidad, limpieza, higiene…y una vez más compara favorablemente. Efectivamente, sin consumismo, sin excesos, y con un ingenio reuitilizador que exprime al máximo el reciclaje operativo de cualquier uso alternativo. Nada se tira , todo se aprovecha. No abundaré en la calidad de la sanidad cubana, con profesionales bien formados –aunque desmotivados, frustrados y sin medios…. Normal si ganas 20 US$ (15 Euros) al mes- ni en las excelencias de una cultura de la profilaxis –medicina preventiva- que resulta un modelo de éxito que pocos paises consiguen igualar.
Una excepción: visito una farmacia. –estatal por supuesto- Deplorable. Varias filas de bancos de madera en los que los “clientes” esperan su turno para que les atiendan en unos mostradores totalmente desabastecidos. ¿es toda la culpa del embargo y solo del embargo? No lo creo. A lo mejor la estrangulación de la iniciativa privada tiene algo que ver.

La comparaciones son odiosas, pero es una forma de poner cada cosa en su sitio. Evoco los parámetros que conozco bien de Paraguay, Guatemala, CostaRica, Bolivia, …-por no hablar de Honduras, El Salvador o Nicaragua, que todavía se mueven en escala Maslow-1, y en prácticamente en todos los conceptos, Cuba sale bien parado –mejor que los comparados-.
No me han lavado el cerebro, ni he tenido terapia de electroshocks, ni me han sobornado. Ni mi familia está prisionera de rehén para que yo haga publicidad de Cuba. Mi opinión es que La revolución funciona en lo que funciona. –Pese al atroz embargo, que distorsiona el mercado, y al restringir a oferta tensiona la demanda- (y por supuesto… no funciona en lo que no funciona)
No estoy valorando libertades políticas, disidencias, no sé si es la realidad ….Pero he visto lo que he visto, y he vivido lo que he vivido.
Y no he ido a varadero o cayo coco u otros refugios para turistas de “paquete”. MI conclusión. Toda la información que recibimos sobre Cuba esta fuertemente manipulada y sea con un sesgo u otro, bien ensalzándola, bien denostándola no refleja, no ya objetivamente, ni remotamente lo que he visto. Me quedo con mi visión de Cuba. Sin dudas.

viernes

Todo con la Revolución, Nada sin la revolución


(este es un extracto de un post publicado en un blog de temas de innovación a la vuelta, y que me parece pertinente por lo inmediato)

Será la lectura diaria del Granma, -no hay otra prensa que la oficial-, el jet-lag, o la omnipresente propaganda de la omnipresente revolución, pero el caso es que vengo un poquito revolucionado ¿o revolucionario?.
Como suele pasar cuando viajas, se me han caído por el camino unos cuantos tópicos, y he puesto en solfa para revisión unos cuantos prejuicios. En las 48 horas que llevo de vuelta he verificado que hablar sobre Cuba levanta pasiones. No hay indiferencia, ni tibiezas. El marcado carácter –a menudo caricaturizado- ideológico de su régimen genera filias y fobias prácticamente irreconciliables, por lo que, si me lo permitís, me gustaría dejarlos fuera de este blog.
Pero sí que, dejando de lado cualquier connotación ideológica-política, hay una paradoja revolucionaria que sí que me parece oportuno traer a este foro.
En la blogosfera a menudo se menciona –y acaba por ser “un lugar común” con un contenido difuminado y diluido- la Revolución web 2.0, la idea del inmenso poder descentralizado en manos de los blogeros, el fin de las doctrinas y del pensamiento único, de la dictadura de los medios de comunicación que pregonan las verdades oficiales, de la capacidad de movilización inmediata, via viral, de colectivos a nivel local o transnacional, de convertir casi sin solución de continuidad a información, en comunicación y en acción…. si, no me parece una hipérbole calificarlo de Revolución. –y no tanto tecnológica como cultural, y social; la tecnología, es solo la herramienta-;
Sin embargo, precisamente en la cuna de la Revolución, en el último país que ondea la bandera de la Revolución, que perpetua en el poderdurante medio siglo una estética y una ética de la Revolución (he visto en cada “zona” -2 o 3 manzana- los locales del C.D.R. Comités de Defensa de la Revolución), y sus slogans presiden toda la vida social y política –por no mencionar la económica- … es impermeable a la verdadera Revolución del Siglo XXI, la Revolución Blog, la de la web2.0.
Los accesos a Internet son mínimos, minoritarios, restringidos, restrictivos, monitoreados (fiscalizados) y dolorosamente lentos. No creo que ossorprenda. La brecha digital por tanto, la diferencia entre los que sí que cuentan con el recurso de acceso a Internet y los que no, se erige como una creciente barrera y un amplificador de diferencias y desigualdades.
Ah, pero... ¿la Revolución no buscaba limar esas diferencias y propiciar igualdades?...¿ La Revolución no aspiraba a movilizar, a llevar el poder ala gente…? Pero ¡¡sí es lo que permite la Revolución Blogera!!… ¿por qué entonces se bloquea la única herramienta realmente revolucionaria que desarrollaría , y que de hecho está desarrollando en otros países, la Revolución hasta sus últimas consecuencias?
Resulta paradójico que el lema castrista “Todo con la Revolución, Nada sin la Revolución” sea 100% aplicable a los revolucionarios de la web 2.0…precisamente la que, hoy por hoy, no puede permear, ni traspasar las defensas de la, su, Revolución oficial. ¡¡Viva la Revolución!! La de verdad.

Estas cosas sabes como empiezan....

....pero nunca como acaban.

Salgo de viaje en dirección a La Habana, Cuba. Es un viaje “de trabajo” –aunque parece que suene a cachondeo, no ha habido nadie que le haya comentado mis planes y que no haya dibujado una más o menos pícara sonrisa y musitado… mojitos, rumba, mulatas, cohibas….-;

Es más, la agenda se presenta complicada. Muy ocupada, y nada fácil. Sin entrar en pormenores, el objetivo es cerrar una negociación –que tratándose del sistema económico-político centralizado sólo puede tener una contraparte posible, el sistema, aunque como una hidra polifacética esta muestre múltiples caras y sesgos-, en la que hay mucho que perder, y , a simple vista, poco o nada que ganar.
Por mucha insinuación y suspiros de fingida envidia, sé que nadie se cambiaría conmigo habida cuenta de la misión que justifica el viaje. No me importa. Me gusta viajar. Me “pone” despegar rumbo a un país en el que nunca he estado nunca. La incógnita, el cosquilleo de la aventura, de lo que “está por venir”, de lo desconocido es uno de los alicientes que para mi hacen que la vida merezca la pena. Además hace mucho tiempo que quiero conocer Cuba, un viaje planeado muchas veces, pero nunca ejecutado, y la intención más o menos desdibujada de visitar Cuba antes de que cambie de régimen. Porque a TODO lo demás, hay que añadir la peculiaridad de la supervivencia del régimen revolucionario instaurado por el Comandante-Camarada Fidel hace 55 años. Ese sistema no durará para siempre. De hecho, el Comandante lleva más de un año internado. Es un tópico: La Cuba de después será distinta, y no quiero dejar de conocer la Cuba de antes del cambio.

No merece la pena entretenerme –y aburrirte amigo lector- con los pormenores del viaje en Iberia. El “lujo-customizado” de la clase business hace llevaderas entre películas y comidas las 9 horas y media de vuelo. La lectura intermitente de una comprada esta misma mañana en la FNAC me permite barnizar mis cultura general con una sutil pátina de facts&figures, detalles históricos y nociones triviales (del trivial) de descubrimiento, colonización, independencia, trafico de esclavos, cultivo de caña, y la omnipresente revolución.

Me recibe en el aeropuerto…Ernst Hemingway. Me permitiréis la licencia. Por elemental discreción, respeto a su persona me reservo el derecho a no desvelar su identidad, ya que no aporta a este relato tanto como su personalidad. Y en esta última no creo que la metáfora con el epicúreo y hedonista autor de “El viejo y el mar” esté nada forzada. Tras unos cuantos años de destino profesional en la Habana ha enraizado en este sustrato como pocos lo habrían hecho. It takes one to recognise each other. Rápidamente reconozco en él a uno de mi propia especie. Sin ataduras con convencionalismos políticamente correctos, carpe diem, vive el momento, dos espíritus libres, con cierto umbral de tolerancia a los excesos, nuestro amuletos/talismanes étnico tribales nos hermanan rápidamente. Como Heminghway, rápidamente convenimos que nos sentimos mejor en un lodge en Namibia que en un Hilton en Nueva Cork, y allá donde se respire el aroma agridulce de los trópicos mil veces antes que el smog Metropolitano, y que no hay mejor micebrina para el espíritu que los grandes espacios de la sabana africana o el lejano rumor de una costa no cartografiada a sotavento.

Compartiendo unos mojitos, y envueltos en la permanente nube que originan sus habanos –que como tendré ocasión de verificar le van a rodear permanentemente durante los día que tenemos por delante- siento que no podía tener un mejor guia para abordar con éxito el safari que tengo por delante.
Just for the record, y para evitra malentendidos, la añoranza de una tienda de campaña en el delta del Okavango resulta poética, y en cierto modo gratuita cuando de hecho estoy alojado en una de las suites de la ultima planta del 5 estrellas Meliá Cohiba. Me cuesta conciliar el sueño –aunque para mi sean ya las 6 de la mañana hora española-, se me ha pasado la hora. Lo atribuyo a los mojitos, al cambio de hora, y a a la adrenalina bombeada ante el complicado programa de negociaciones –cuyas estrategias y tácticas he simulado hasta el paroxismo-. Por la ventana veo el malecón de la Habana serpenteando kilométrico y trazando una línea divisoria entre un mar que refleja destellos de una luna casi llena, y una ciudad, inusitadamente oscura. O no tan inusitadamente dadas las restricciones energéticas, la falta de suministros de aparatos eléctricos. Apenas se ven algunos pocos coches circulando. Hojeo un ejemplar del Granma del día, qua acompaña la cesta de frutas locales cortesía de la dirección del Hotel. Pruebo una guava, mordisqueo una papaya (fruta-bomba, como le llaman localmente) y me fuerzo a conciliar un reparador sueño.
Hasta mañana.